martes, 7 de mayo de 2019


Repaso

Entre penumbras te apareces
misteriosa en tu esencia,
en tu mirada un fondo sin fondo
en tu pupila el silencio de tu ausencia.

Tus ojos de ciruela son reflejo de amargura,
la que llevas a cuestas.
¡No puedo entrar! ¡no me dejas!
Me das tan solo, el reflejo de tu presencia.

Eres bélico, Azteca,
tienes marcas que recorren tu cuerpo,
de aquellos que, en batalla,
murieron en el intento.

Eres el signo que representas
con una calma que asusta, discreta.
Eres bovino de tierna cepa,
Eres dulce, eres tierra.

Espesa es tu línea,
afable es tu lengua,
tu sonrisa, placentera,
tu mirada intensa.

¡No me toques! que me quemas,
¡No me mires! que ingresas,
¡No me hables! que resuena;
la melodía venérea.

Tu sangre originaria,
Se instaló como sentencia,
que recuerda que en el orbe
hay millones con tu herencia.

Qué linaje tan divino,
¡Tú!, copia de Cuauhtémoc,
¿Habrás llegado como un águila?
¿O te reencarnaste de la greda?

Quién te reconoce, te contempla.
Eres una fábula, eres tinta negra.
eres luz cuando muestras tus blancas perlas.
Te evaporas en la selva.








No hay comentarios:

Publicar un comentario