Repaso
Entre penumbras te
apareces
misteriosa en tu esencia,
en tu mirada un fondo
sin fondo
en tu pupila el
silencio de tu ausencia.
Tus ojos de ciruela son
reflejo de amargura,
la que llevas a cuestas.
¡No puedo entrar! ¡no
me dejas!
Me das tan solo, el
reflejo de tu presencia.
Eres bélico, Azteca,
tienes marcas que
recorren tu cuerpo,
de aquellos que, en
batalla,
murieron en el intento.
Eres el signo que
representas
con una calma que
asusta, discreta.
Eres bovino de tierna
cepa,
Eres dulce, eres tierra.
Espesa es tu línea,
afable es tu lengua,
tu sonrisa, placentera,
tu mirada intensa.
¡No me toques! que me
quemas,
¡No me mires! que ingresas,
¡No me hables! que
resuena;
la melodía venérea.
Tu sangre originaria,
Se instaló como sentencia,
que recuerda que en el
orbe
hay millones con tu
herencia.
Qué linaje tan divino,
¡Tú!, copia de Cuauhtémoc,
¿Habrás llegado como un
águila?
¿O te reencarnaste de la
greda?
Quién te reconoce, te
contempla.
Eres una fábula, eres
tinta negra.
eres luz cuando
muestras tus blancas perlas.
Te evaporas en la
selva.
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