Injusta entrada a la vida y sin salida
Y cuando llegaste no hubo celebración,
solo de dos que miraron asombrados,
que asustados te tomaron y te insertaron en la vida.
Y cuando caminaste no hubo celebración,
poco importaba el tirón,
nada tenía color.
Y cuando volaste no hubo celebración,
solo pasaste, distraído, sin sonidos sin canción.
ausencia en tu presencia, laguna interior.
Y cuando te uniste no hubo celebración,
ni un rostro alegre ni un canto esperanzador.
solo miraste perdido,
no hubo vianda, no hubo juerga, no hubo chicha, ni menos arroz.
Y cuando te sentiste vivo no hubo celebación,
no sabías del aroma de una cava,
no entrabas en el círculo estanco sin sazón.
Y ahora que ya te estas yendo,
¿llegó la hora de celebrar?
ahora que rodeado estás,
ahora que sin miedo y sin freno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario