miércoles, 8 de enero de 2020

Alma lenta, lenta, lenta




En las lejanías del desierto apartado y turbio
Tu silueta se desprende resoluta y confusa
Eres como la sombra de los eucaliptos que lo perfuman todo:
tierra, viento, nieve y lluvia,
elementos fragantes en tus esencias sedantes, difusas.

Eres un pirata aparecido en las tinieblas de la incertidumbre
Llegas lento y lo haces todo lento
Eres lento en el habla y lento en el lamento
Eres lento con tus manos y lento en la pasión ¡lento!

Llegas tibio y llegas preso
En tus soledades, en tus amores necios
Llegas fatigado, con ojos desmoronados
Y tu andar es el de un toro robusto, ingenuo.

Llegas como si llevaras a cuestas mil tormentos
Llegas como si la vida te hubiera golpeado, lento
Llegas como si a tus padres no los tuvieras
Llegas como si te hubieran abandonado, lento.

Tu mirada es tan intensa y a la vez es pura ternura
tus gemidos demandantes del jugo dulce bienaventurado de la locura
  
Todo en ti es como una estrella de mar oscura
Que descansa en la superficie de la arena rubia
Viscoso en tus formas profundas
rendido en las más ocultas
solitario por ventura.

Lento, lento, lento. 








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